Espinoza y el oro

La taekwondoín mexicana María del Rosario Espinoza consideró que los cuatro combates que la llevaron a la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, fueron como una final, las cuales las vivió de manera diferente.
«Fueron como una final cada uno de ellos», dijo la sinaloense, quien ahora se ha convertido en la mejor deportista mexicana en la historia del deporte del país, al ganar preseas en todo el ciclo olímpico y además ser la segunda mujer en ser monarca olímpica.
«Me siento muy contenta por haber obtenido los resultados durante mi trayectoria como deportista, es algo que me he propuesto en mi vida lograrlos y sé que apenas inicia esto para mí. Espero seguir cosechando triunfos para México », comentó.
La oriunda de la localidad de La Brecha, Sinaloa, sostuvo que todos los momentos son diferentes y los vive de una manera especial, pero sobre todo, cuando se gana una final en unos Juegos Olímpicos.
«Todos los momentos tienen algo especial, pero sobre todo cuando ganas una final olímpica, cuando se está arriba del tatami, cuando se está en el podio y ver tu bandera, pero también cuando cantas el himno nacional », mencionó.
Resaltó el trabajo de todo el equipo multidisciplinario para poder llegar hasta este momento de gloria deportiva, por lo que calificó de «maravilloso lo que ha realizado el taekwondo mexicano en estos Juegos Olímpicos ».
Mencionó que su familia son su inspiración y una vez en México disfrutará este momento con cada uno de sus compañeros que le ayudaron a estar en este momento. «Muchas gracias a todos por el apoyo tenido desde el inicio de mi carrera, no tengo palabras para decir más », expresó la mexicana, quien estuvo a punto del llanto, pero se aguantó para mejor ocasión.
Detalló que desde su salida de México, supo que estaría ante la posibilidad de hacer historia y en cada combate tenía que dar todo con lucha y garra, pero sobre todo, por todo lo que había entrenado para llegar a ser campeona olímpica.
«Porque así es esto, eres ganador hasta cuando se termina el tiempo, cuando te levantan la mano», refirió.