domingo, 17 de agosto de 2008

Moon Dae Sung quiere ser del COI



Fue de los primeros en llegar a la Villa Olímpica. «Tenía que estudiar bien cuáles eran los puntos estratégicos para desarrollar mi campaña»\\\", explica. Después de varias horas de caminatas, el coreano Moon Dae-Sung decidió montar su chiringuito delante del comedor de los atletas.
«Pensé en ponerlo delante del banco, pero me di cuenta que algo que hace todo el mundo varias veces al día es ir a comer». Durante dos horas al día, el taekwondista campeón olímpico heavy de Atenas 2004 vende su programa como candidato a miembro del COI. Su elección depende de su simpatía. No escatima en esfuerzos. Sonrisas, fotografías, abrazos, amago de acciones de taekwondo, más sonrisas.
Sabe que la candidatura de Arantxa Sánchez Vicario es más fuerte que la suya. «Muy buena tenista», explica mientras no para de repartir folletos de su programa. En el tríptico, además de su fotografía, un mensaje simple: Por el bien de los atletas.
El eslogan anima a la conversación con el resto de deportistas. Algunos le hablan de los apuros económicos en sus países, otros de la falta de instalaciones, otros del problema de los cupos por continentes... Ante tanta información, Dae-Sung está elaborando un memorando que, si es elegido, quiere presentar en la primera reunión del COI.
En Beijing, los atletas elegirán 4 compañeros como miembros de la Comisión de Atletas. La Comisión de Atletas es el enlace entre los atletas activos y el COI. Defiende los derechos, experticio u obligaciones de los atletas. Se reune regularmente, y también con el Comité Ejecutivo del COI donde presentan sus recomendaciones. Aseguran que las necesidades de los atletas se cumplan en todos los Juegos Olímpicos.
Para no caer en ningún renuncio, el taekwondista coreano se ha empapado la geografía mundial. «Estaría feo que me viniera alguien a contar sus problemas y no supiera por donde está su país». Vuelve a sonreír. Se acerca un grupo de nadadoras australianas.
El candidato parece perder el objetivo de su misión. Saca la cámara y les pide una foto, mientras se agarra de la cintura de dos chicas rubias. «Son guapas, ¿verdad?», comenta mientras las nadadoras se pierden por el restaurante.
No tiene novia, tampoco la busca, aunque no le importaría abandonar Pekín emparejado. «¿Mi chica ideal? Una mujer sencilla, pero inteligente». Tras los Juegos, pretende escribir una tesis sobre su deporte, centrándose en cómo acabar con las patadas defensivas. \\\"Son conductas indignas de un caballero», asegura, mientras cambia el enésimo pin con un atleta etíope. Todo por un voto.

No hay comentarios: